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La depresión es una enfermedad del estado de ánimo, que presenta diversos signos y síntomas, tanto conductuales, físicos y psicológicos incluyendo -por supuesto- un intenso sentimiento de tristeza.
La depresión afecta el bienestar físico, mental, familiar y social del sujeto que la padece.
Muchas personas en el mundo sufren de depresión a causa del ritmo acelerado y estresante que actualmente ha tomado la vida.
Un episodio de depresión -sin tratamiento-  usualmente dura meses, pero puede durar años en algunas personas y seguir un curso crónico con exacerbaciones y remisiones.
A lo largo de la vida, de 10-25% de las mujeres y 5-12% de los hombres presentan depresión.
Es común que el paciente con depresión presente varios episodios durante su vida. Asimismo, es frecuente que la depresión se asocie a la ansiedad, tomando un curso crónico y fluctuante.
La depresión no es consecuencia de una debilidad de carácter, sino una enfermedad que afecta el comportamiento y la forma de pensar y sentir de la persona que la padece que tiene su origen en el Sistema Nervioso Central, siendo una enfermedad como lo son la hipertensión, la diabetes, el asma, etc.


¿Qué tan frecuente es la depresión?

 

Se estima que 121 millones de personas en el mundo padecen de depresión, independientemente de la edad, sexo, raza, religión, etc.
Actualmente es la 4a. causa de discapacidad en el mundo (de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud) y se estima que para el año 2020 será la 2ª causa a nivel mundial.
La prevalencia a lo largo de la vida es del 8-16% (global, incluyendo hombres y mujeres), siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres en una relación de 2:1. Se presenta generalmente entre los 25 y 44 años de edad, en la etapa más productiva de la vida. Sin embargo, no hay que olvidar que se puede manifestar en cualquier edad incluyendo la niñez y la tercera edad.
Existe una cierta predisposición hereditaria la cuál queda de manifiesto al observar que los familiares en primer grado del paciente depresivo tienen 1.5 a 3 veces mayor probabilidad de padecer depresión en comparación con la población general. Asimismo se ha visto que existe un riesgo del 60% (para el gemelo idéntico) de presentar depresión cuando su hermano la padece. En los gemelos fraternos (no idénticos) éste riesgo es menor: 20%.

 

¿Cuáles son los signos y síntomas de la depresión?

 

Los síntomas que generalmente se presentan en la depresión se desarrollan gradualmente e incluyen:

 

Síntomas Afectivos

 

-Tristeza.
- Dificultad o incapacidad para disfrutar de situaciones o eventos que habitualmente despertaban alegría o gozo, con disminución o pérdida de interés hacia los mismos y hacia la vida (anhedonia).
- Disminución o abatimiento del estado de ánimo.
- Falta de voluntad o de energía. Apatía (abulia, anergia).
- Desesperanza.
- Melancolía.
- Ansiedad (nerviosismo).
- Sentimientos de culpa.
- Sentimientos de verguenza y autodesprecio (baja autoestima).
- Irritabilidad.
- Intranquilidad.
- Disforia.

 

Síntomas Cognitivos

 

-Dificultad para concentrarse.
-Disminución del rendimiento intelectual.
-Incapacidad para afrontar y resolver problemas cotidianos.
-Pesimismo.
-Ideas de minusvalía (baja autoestima).
-Autorreproches (sentimientos de culpa).
-Indecisiones o dudas exageradas.
-Fallas para hacer un juicio realista sobre si mismo.
-Pensamientos obsesivos.
-Ideas de culpa, verguenza, pecado, etc.
-En depresiones severas el contenido puede ser delirante, perdiéndose el contacto con la realidad.
-Pensamientos autodestructivos (ideación suicida).

 

Síntomas Conductuales

 

-Aspecto de abatimiento, predominando los músculos flexores y aductores sobre los extensores y abductores.
-Faltas al trabajo o escuela.
-En estudiantes: disminución del rendimiento escolar.
-Pueden coexistir el alcoholismo y las adicciones.
-Tentativas suicidas.
-Retardo psicomotor: inhibición en actividades físicas y en el habla.
-Cuando la ansiedad es importante: inquietud e hiperactividad, pudiendo llegar a la agitación psicomotriz.

 

Síntomas Psicofisiológicos

 

-Insomnio (falta de sueño) o hipersomnia (exceso de sueño). Somnolencia diurna.
-Cambios en el apetito: hiporexia (disminución del apetito) o hiperexia (aumento del apetito).
-Cambios en el peso corporal.
-Disminución de la energía: se cansa fácilmente, no resiste las labores habituales (cotidianas).
-Disminución de la libido (disminución del deseo sexual).
-Constipación (estreñimiento).
-Cefalea (dolor de cabeza).
-Mareos.
-Mal aliento (halitosis).
-Molestias somáticas (corporales).
-Síntomas físicos dolorosos.
-Es frecuente que el paciente se sienta muy mal por la mañana y mejore mientras transcurre el día.


¿Cuál es la causa de la depresión?

 

Las causas no están aún bien definidas, pero se piensa que los neurotransmisores serotonina, noradrenalina y dopamina tienen un papel importante en el desarrollo de la depresión.
La serotonina, noradrenalina y dopamina son sustancias químicas llamadas neurotransmisores, que transportan mensajes entre las neuronas. Una vez que estas sustancias químicas han trasmitido su mensaje, permanecen entre las células cerebrales (neuronas) en el llamado espacio sináptico (sinapsis) hasta que son disueltas (metabolizadas) por otras sustancias químicas o reabsorbidas al interior de la célula.
Aparentemente la causa de la depresión es el  desequilibrio de dichos neurotransmisores en el sistema nervioso (cerebro) del paciente.

En la depresión, la herencia es el factor predisponerte más importante, aunque otros factores también pueden contribuir a su aparición, por ejemplo:

 

* Situaciones estresantes.
* Problemas interpersonales.
* Temperamentos susceptibles.
* Sexo del paciente.
* Presencia de enfermedades físicas, sobretodo las que tienen un curso crónico, las incapacitantes, las que requieren un tratamiento prolongado o "de por vida", las que dejan secuelas o amenazan la vida, etc.

 

Comorbilidad en la depresión

 

La palabra comorbilidad se introdujo en la terminología médica durante los años setentas. Quiere decir que varias enfermedades se superponen al padecimiento original y esto hace necesario que se establezca más de un diagnóstico en el mismo individuo.
Se ha observado que la comorbilidad en la depresión, es decir, su asociación con otros trastornos, puede darse en varias áreas médicas. Esta asociación podemos dividirla en tres grupos:

 

A) Depresión y padecimientos psicológicos

 

La depresión y la ansiedad son los desórdenes psiquiátricos más frecuentes en la población general. Un 30% de los pacientes que inicialmente presentan ansiedad desarrollan una depresión secundaria que en muchas ocasiones es diagnosticada al mismo tiempo.
Según las encuestas norteamericanas, de cada 4 pacientes con diagnóstico de depresión al menos uno tiene asociado un estado de ansiedad generalizada.
Por ello la coexistencia de la depresión y la ansiedad es ahora entendida más como la norma que como la excepción. La asociación entre depresión y ansiedad es la asociación más frecuente en Psiquiatría.
Considerar la asociación depresión- ansiedad es muy importante para lograr un diagnóstico adecuado, evaluar el pronóstico y principalmente asegurar el éxito del tratamiento en los trastornos depresivos.

 

B) Depresión y enfermedad médica general

 

Las enfermedades médicas son las que se atienden en las diferentes especialidades y pueden ser: endocrinas, reumáticas, gastrointestinales, infecciosas, neurológicas, cardiovasculares, etc.
Los estudios más recientes reportan un alto porcentaje de pacientes con enfermedad médica general que presentan depresión, la cuál con frecuencia no es diagnosticada ni tratada.
La presencia de un episodio depresivo altera negativamente la recuperación de las diversas enfermedades médicas, puede retrasar la convalecencia, la respuesta después de una  cirugía o prolongar el tiempo de hospitalización.

 

C) Depresión y síndromes somáticos funcionales

 

Los síndromes somáticos funcionales (SSF) están constituidos por síntomas que no tienen una causa demostrable. Sin embargo, se asocian a una discapacidad significativa y a un alto número de consultas médicas. A pesar de que los SSF muestran síntomas semejantes a los de alguna enfermedad general y que el tratamiento se dirige a la solución de esos síntomas, un trastorno depresivo solo, o asociado con ansiedad, puede ser importante en la génesis del padecimiento.
Algunos SSF relacionados con la depresión son: síndrome de intestino irritable o colitis; gastritis y úlcera péptica; dolor de cabeza por tensión nerviosa; dolor torácico no cardiaco; dolor con la menstruación y síndrome de fatiga crónica.
Una enfermedad con síntomas múltiples, persistentes y físicamente inexplicables, es uno de los indicadores más fuertes de depresión.

 

De este modo:

* La asociación entre la depresión y otras enfermedades es muy común.
* La depresión coexiste con la ansiedad en un alto porcentaje de pacientes. Es la mancuerna más frecuente en psiquiatría.
* La depresión acompaña con frecuencia a enfermedades médicas como la diabetes, la hipertensión, el cáncer, etc.
* Un gran número de pacientes con síntomas físicos ("inexplicables" desde el punto de vista médico) padecen depresión.
* La depresión afecta negativamente la evolución de las enfermedades en general.
* En presencia de padecimientos comórbidos, es frecuente que la depresión no sea diagnosticada de manera correcta.


¿Cómo se trata la depresión?

 

Actualmente, la depresión ha cobrado suma importancia por el elevado número de personas que presentan la enfermedad. Esto ha impulsado el descubrimiento de nuevos fármacos y el desarrollo de diversas técnicas psicoterapéuticas que ahora están disponibles para los pacientes.
La base del tratamiento para la depresión es la administración de medicamentos llamados antidepresivos. Se recomienda que el tratamiento farmacológico se continue por espacio de meses o inclusive años, dependiendo de la severidad del cuadro, número de episodios previos, etc. No hay que olvidar que el riesgo de recaídas o recurrencias  disminuye si se cumplen cabalmente las indicaciones médicas.
Particularmente en la depresión, la adición de psicoterapia puede mejorar los resultados del tratamiento farmacológico, pero la psicoterapia por si sola no resuelve el problema (salvo en casos leves). La psicoterapia, cuando se combina con la medicación antidepresiva es de suma utilidad, sobretodo cuando los signos y síntomas de tristeza y anhedonia se encuentran bajo control.
La psicoterapia a largo plazo es útil en pacientes que presentan conflictos interpersonales o que responden muy lentamente al tratamiento farmacológico.

 

¿Qué es la psicoterapia?

 

Es una estrategia terapéutica utilizada por los psiquiatras que se basa en el diálogo y la interacción que ocurre entre el médico y el paciente. Toma en cuenta la relación de hechos pasados (“allá y entonces”) con hechos presentes (“aquí y ahora”), así como la relación entre pensamientos, sentimientos, conductas y comportamientos, entre otras cosas.
Como único método de tratamiento está recomendada en casos leves de depresión, así como en aquellos pacientes renuentes a utilizar medicamentos.
El tratamiento combinado –psicoterapia + medicación antidepresiva- es más efectivo que el simple (psicoterapia o medicación aisladamente).
Hay que hacer mención que existen muchas modalidades de psicoterapia: individual, de pareja, familiar, grupal, analítica, cognitivo-conductual, etc. La elección de la técnica depende de la preferencia del médico psiquiátra y la experiencia que se tiene con dicha técnica terapéutica.

 

¿Cuántos tipos de antidepresivos existen?

 

Existen diversas clases farmacológicas. Todas ellas comparten características afines, por ejemplo:

- Actúan primordialmente sobre los neurotransmisores serotonina, noradrenalina y dopamina.
- Bloqueando su recaptura, inhibiendo su metabolismo (destrucción) o incrementando su producción.
- Pueden actuar sobre uno o varios neurotransmisores o tener uno o más mecanismos de acción.
- El mecanismo de acción final puede estar a nivel genético, en el núcleo de la célula.

 

Clases Farmacológicas:

 

Antidepresivos Tricíclicos (Tofranil, Anafranil, Norpramin, Anapsique, Adepsique, etc.): bloquean la recaptura de serotonina y noradrenalina.
Inhibidores Reversibles de la MAO (Aurorex): disminuyen el metabolismo de las monoaminas (serotonina, noradrenalina y dopamina).
Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (Prozac, Paxil, Altruline, Luvox, Seropram, Lexapro, etc.): inhiben particularmente la recaptura de serotonina.
Inhibidores de la Recaptura de Noradrenalina y Dopamina (Wellbutrin): inhibe posiblemente en mayor proporción la recaptura de dopamina que la de noradrenalina.
Duales (Efexor XR, Cymbalta, Remeron,etc.): bloquean la recaptura de noradrenalina y serotonina.

 

¿Entre tantos fármacos, cómo elige el psiquiátra el antidepresivo adecuado para cada caso?

 

El psiquiátra toma en cuenta muchas cosas antes de prescribir algún fármaco para combatir la depresión: las características del caso; experiencias previas con el uso de antidepresivos; historia familiar de uso de antidepresivos; eficacia del fármaco; seguridad; perfil de efectos secundarios; tolerabilidad; interacciones farmacológicas, etc.

 

¿Cuál es la meta del tratamiento?

 

Respuesta inicial al tratamiento.
Remisión completa -no parcial- de los síntomas (retorno al nivel previo de funcionamiento y buena calidad de vida).
Recuperación.

 

Los pacientes deprimidos con una remisión (mejoría) parcial de los síntomas tienen:

 

- Riesgo 5 veces mayor de presentar recaídas.
- Riesgo 4 veces mayor de desarrollar nuevos episodios de depresión.
- Alto riesgo de ideación y/o tentativas suicidas.

 

Los pacientes que han sido tratados hasta alcanzar la remisión de los síntomas (y la posterior recuperación) tienen un menor riesgo de recurrencias o recaídas.
La presencia de síntomas residuales se asocia a un alto riesgo de recaídas (76%), comparado a sujetos en remisión (25%).
Sólo el médico tratante es quién puede determinar el momento en que se suspenderá el tratamiento farmacológico y/o psicoterapéutico.

 

Recomendaciones:

 

1 El proceso de recuperación tiene altibajos (de acuerdo a cada paciente, a la severidad de la enfermedad, y a la evolución del tratamiento). Tenga paciencia y no se dé por vencido.
2 No suspenda el tratamiento farmacológico o la psicoterapia sin consultarlo con su médico.
3 Puede tomar de 6-8 semanas para que el tratamiento antidepresivo tenga una acción completa.
4 Esté tan activo como le sea posible, sin tomar tareas que le resulten imposibles de realizar. Empiece con tareas pequeñas y fíjese metas realistas.
5 Reduzca el estrés y posponga decisiones importantes hasta después de que la depresión esté controlada.
6 Mantenga buenos hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable.
7 Pase tiempo con otras personas, confíele a alguien sobre la forma en que se siente.
8 Participe en actividades que puedan ayudarlo a sentirse mejor.